viernes, noviembre 04, 2005

Pier Paolo Pasolini sería bloguero.

¿Por qué será que se celebran siempre los aniversarios que terminan en cero o en cinco?

Hace 30 años, de noche, el 1 ó el 2 de noviembre, mataron a Pasolini. Por lo tanto, hace días que Pasolini copa la televisión, y pensar que había propuesto abolirla. Todos lo conocen. Todos lo aman. Eso dicen. En los diaros y revistas se lo analiza. Los teatros reponen sus obras, las cinematecas sus films, las editoriales sus libros. Como un fantasma, la voz de Pasolini sale de los aparatos de radio.

Sobre su poética nada nuevo se dijo. Pero hubo perlas: el homenaje de Patti Smith. A mí me hubiera gustado escuchar el nombre de los mandantes de su homicidio. Sin embargo, siempre viene bien dejarse envolver por Pasolini. Así que me alegra conicidir por éstos lares en un aniversario terminado en cero.

A Pasolini lo mataron porque era un personaje incómodo. Burgués y lumpen. Homosexual y cristiano. Marxista y anticomunista. Más que nada era un poeta. Poeta de la poesía, del cine, del ensayo, del teatro, de la novela. De toda su obra, conozco sólo una mínima parte, insuficiente para escribir seriamente.

Porque esto es un blog y un blog se parece a una charla juntaré valor para escribir frases como "mi encuentro con Pasolini", "lo que me gusta de Pasolini es". Pero aviso que las mismas frases habilitaron los discursos de Alberto Moravia, Leonardo Sciascia, Bernardo Bertolucci (andarán por ahí en google, me da pereza hacer links). Así que, queridos blogueros, si quieren saber sobre Pasolini este post es inútil, guano caído en la inmensidad del mar.

Mi encuentro con Pasolini fue en un lugar insólito: el Istituto di Cultura di Montevideo. Insólito porque, al menos hace 10 años, era un lugar retrógrado, representante del sector más conservador de la cultura italiana. En una clase, una profesora que sólo el tiempo me haría valorizar, nos dio un ensayo de Pasolini. En éstos días traté de ubicarlo en vano. Pero lo recuerdo, el impacto fue como un flechazo. En el ensayo, Pasolini criticaba una manifestación del 1968, donde un grupo de estudiantes malcriados le tiraba piedras a la clase trabajadora, la policía. No fue sólo el tipo de crítica proveniente de alguien de izquierdas, que yo tenía hasta el momento como neorrealista y comunista, a descolocarme, fue el nivel de la escritura, la profundidad del análisis, la poesía que contenía el ensayo, la deconstrucción de los símbolos.

Toda la obra de Pasolini suda el escándalo de la contradicción. Leyendo a Pasolini se siente la colisión entre su cultura "alta" y la cultura popular que como un hambriento quería interiorizar a toda costa.
Lo que más me simpatiza de Pasolini es su coraje. Cuando Fellini vio el montaje de "Accattone", su primera película sin gramática, obsesiva con los planos frontales como si fuera un cuadro del siglo XIX, dijo que era horrible, amateur, que había que tirarla a la basura. Pasolini, con toda la admiración que sentía por Fellini, no le hizo caso.
Por suerte.
Como nunca le hizo caso a nadie. Se afilió al Partido Comunista pero lo echaron por homosexual y siguió siendo marxista. Era crisitiano (solía decir que en el Vaticano estaba lleno de católicos pero no de cristianos), empapado de misericordia, y siguió luchando para que la Iglesia aceptara su homosexualidad, que él vivía con descaro.
Pasolini era un intelecutal en permamente contacto con el mundo lumpen. Cuentan que era típico de Pasolini aparecerse en una reunión llena de escritores prestigiosos, directores de cine y poetas, con un chico de la calle que había levantado en su auto último modelo y con el que más tarde, tendría sexo por dinero. Los mismos chicos que después actuaban en sus películas o eran protagonistas de sus novelas.

A mí Pasolini me emociona, "Sopralluoghi in Palestina" es un documental místico, conmovedor, una reflexión profunda sobre la relación del autor con su obra. "Uccelacci e uccellini" es una de las películas más creativas de la historia del cine, y eso que es cine político (siempre que la denominación tenga algún significado).
Pasolini se mete en mi vida y la revuelve. Cuando terminé de leer su diario de viaje "El olor de India" empecé a planificar el mío de viaje. Hasta que vinieron las bombas, pero esa es otra historia.

Por éstos días, contagiada de pasolinismo, me divertí releyendo sus ensayos y probando a actualizar los sustantivos. Puedo asegurar que casi todos, aunque estén escritos para la prensa, para un momento y caso concreto, se aplican al presente, más de 30 años después. Puedo no estar de acuerdo con Pasolini, y de todos modos sentirme agradecida porque me cambia el ángulo de visión, porque me despierta sensaciones inesperadas, porque me provoca, ya sea que el tema sea la política, la religión, la filosofia, el amor, el pelo largo o el aborto.

Estoy segura que si estuviera vivo, Pasolini tendría un blog. Porque era un intertextual que amaba descubrir lenguajes para, luego, revolucionarle los códigos. Y porque en la Italia de hoy no tendría lugar en ningún otro medio de comunicación. Desde su blog estaría furioso con la mediocridad masificada de éste país, de eso también estoy segura.

Los dejo con una traducción (atrevida) de la "Nota" escrita por Pasolini para su libro de ensayos intitulado "Pasión y ideología".

"Pasión y ideología": ésta y no quiere constituirse en endíadis (pasión ideológica o apasionada ideología), sino como significado apenas secundario. Tampoco en una concomitancia, o sea: "Pasión y al mismo tiempo ideología". Quiere ser, en cambio, si no adversativo, al menos disyuntivo: en el sentido que pone una graduación cronológica: "Primero pasión y después ideología", o mejor dicho: "Primero pasión, pero después ideología".

Primero pasión, pero después ideología. Así es Pasolini.
The WeatherPixie