jueves, setiembre 29, 2005

Berlusconi y Marguerite Duras van al supermercado

Tengo malos hábitos. Saco apuntes en las librerías. Entro en los patios ajenos cuando una parra, un gato o una flor. En la fila del supermercado para pagar, revuelvo con los ojos los carritos de los vecinos; y juzgo. Establezco profesiones y sueldos. Decido si un padre quiere o no a su hijo. Pronostico el fracaso de una dieta. Mido el nivel de alcoholismo y el del colesterol. Las marcas de detergentes y galletitas me indican las horas pasadas delante de la televisión. La cantidad de dulces y chocolates el grado de satisfacción sexual. Catalogo.

Esta mañana en la fila del supermercado, mientras me daban ganas de irme con un señor de piel tostada que llevaba una caja con 6 champagnes y dos ananás, pensé que quizás mi juego no valía.

Pan, 4 cervezas alemanas, suavizante al perfume de glicina, zanahorias, apio, papas, queso, queso Philadelphia, yogurt: blanco crema, de frutilla, de frutos de bosque, 6 litros de leche, mortadella sin pistachos, 10 rollos de papel higiénico, absorbentes higiénicos para el día y para la noche, 3 bolsas de arena para la pipí del gato, shampoo al ginseng, 3 latas de tomate, calditos Star, galletitas saladas sin sal, pasta, 1 tableta de chocolate holandés.

Casi todo es de baratas marcas desconocidas o estaba en oferta, pagué 35. 13 euros. Me perturba lo que mi carrito pueda saber de mí. Capaz sólo revele, o confirme, la personalidad de Berlusconi, que sigue diciendo que los precios altos y la crisis económica son sólo un invento de los comunistas. O quizás mi carrito esté diciendo que soy comunista.

Escribiendo este pobre post (y post de pobre), me acordé que en "La casa" Marguerite Duras nos contaba de su lista de compras, era siempre la misma:

sal fina
pimienta
azúcar
café
vino
papas
pasta
arroz
aceite
vinagre
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cebollas
ajo
leche
manteca

harina
huevos
tomate en lata
sal gruesa
nescafé
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nuoc màm
pan
queso
yogurt
jabón en polvo
papel higiénico
bombitas de luz
jabón de Marsella
scotch brite
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hipoclorito de sodio
jabón para lavar ropa a mano
esponjas
Ajax
esponjas de metal
filtros de papel para el café
fusibles
cinta aisladora

Y de Cortázar, que en "El perseguidor" decía que si en una casa aún quedaba un frasquito de nescafé no todo estaba perdido. Y de .Sto, que decía lo mismo pero de los limones. Unos prefieren café, otros té.

viernes, setiembre 23, 2005

Sobre la lluvia de verano, el cine alemán y el amor en los maniáticos.

Desde tiempos inmemoriales cuentan que en Italia el verano fue verano y el invierno invierno. Como tiene que ser en un país de cultura milenaria y con una civilización que se respete. Resulta que este verano, cuando tenía que hacer calor y teníamos que estar todos en la playa tomando sol con reposeras y sombrillas alquiladas por 15 euros, se vino un temporal de aquellos. Y todos adentro muertos de frío y con cara de enojados por un fin de semana entero.

En secreto, Cerylo y yo, que andábamos despistados porque de alquilar reposeras ni hablar, anhelábamos algún beneficio climático por el estilo. Nos venía bien hasta un huracán subdesarrollado, nuestro único objetivo era poder finalmente dedicarnos a mirar "Die zweite Heimat" de Edgard Reitz sin que nos diera sarampión el contacto con el tapizado del sillón. Y se nos dió, nos tiramos con mantita y todo, un domingo en pleno agosto, que es como decir en pleno febrero.

Edgar Reitz es un alemán (1932) que participó al manifiesto de Oberhausen (1962), intento algo artificial de hacer una Nouvelle Vague a la alemana. En 1984 terminó "Heimat", que es la primera película de una serie y dura unas 13 horas. "Die zweite Heimat" es la segunda parte, y dura más de 25 horas. No nos dio todo el domingo, obviamente. Pero de lluvia en lluvia terminamos de verla el primer fin de semana de septiembre. Y ahora estamos desesperados tratando de conseguir (gratis) la tercera parte, "Heimat 3 - Cronik einer Zeitenwende", Reitz la terminó el año pasado y también la hizo larguita.

"Heimat" quiere decir la patria, el lugar de nacimiento, donde se vive, la casa del padre.
Sólo conozco otras dos palabras en alemán y me parecen fascinantes porque son intraducibles. A veces sueño con aprender alemán y acceder a un mundo misterioso, reservado exclusivamente para los que hablan alemán. Las otras palabras son:
Weltanschauung: es la visión del mundo, pero con mayúscula, es la visión.
unheimlich: es el perturbante pero con un juego de palabras con lo familiar, como explica Freud en su ensayo homónimo del 1919.

La primera parte de la serie va desde la I Guerra Mundial hasta el 1960, es la historia de una familia de campesinos. (Así descripta parece una novela de García Márquez, pero no, que no lo es). La segunda Heimat, la que ví yo, está ambientada en Múnich, y se limita a una década. Los protagonistas son un grupo de intelectuales, músicos, cineastas y poetas de vanguardia de los años 60. Algunos episodios son aburridos, otros muy divertidos, a veces cae en el lenguaje televisivo y en otros Reitz da muestras de autorialidad. Por momentos es memorable. Con maldad podría afirmar que si hubiera reducido su película a las consuetas dos horas le hubiera quedado perfecta, al contrario, le agradezco su humanidad defectuosa.
Reitz es algo misógeno, sus mujeres son histéricas, locas, lloronas y cuando son buenas madres son malas artístas y viceversa. Tendrá sus motivos. De todos modos la secuencia del aborto de Clarisa es uno de los raros ejemplos de cine olftativo sin ser odorama, la elección del sentido predominante me pareció una muestra de gran intuición femenina y gran cine. La voz de Clarisa nos describe los olores del antro donde va a abortar, dice que olía obsesivamente, como los perros cuando están en peligro
Los diálogos son de lo mejor, casi perfectos. La música es sorprendente, hay de todo, hasta un concierto de música aleatoria.
La cámara se deja llevar por la historia que cuenta. Adoré un capítulo, creo que es el 7, mientras el grupo de directores de cine estrena technicolor, sus amigos, en el rodaje, descubren amores y tristezas mirando a través de papeles celofanes de colores.

En la pelícua hay una sombra: el nazismo. El análisis del nazismo que la narración de Reitz deja traspasar me resultó muy interesante. Los protagonistas de "Die zweite Heimat" son la generación hija del nazismo. El modo que éstos chicos encuentran para superar la vergüenza histórica (si hay algo que siempre me intrigó es la memoria colectiva alemana), es rebelarse contra sus padres. El nazismo no les pertenece, ellos se sienten lejanos. Contestar al padre (nazista) es la única posibilidad para construir la nueva Alemania, la Heimat.

Este verano, en compañía de Heimat, Cerylo y yo hemos regresado a la infancia. Las series tienen eso tan lindo de la niñez de sentir la misma historia muchas veces. Más Heimat, que es la serie dentro de la serie. Como unos niños sabíamos que íbamos a poder quedarnos con los personajes otro rato más, que cuando terminaba no terminaba.
Como buena fetichista, la segunda parte del último capítulo no la ví. Y no la voy a ver hasta no conseguir la tercera parte.

martes, setiembre 20, 2005

Cinéphile

"Por primera era vez" (Octavio Cortázar, Cuba, 1967)
Anna tiene 6 años. Es la nieta rubia de mi vecina. Un día vino a visitar a mi gato y me pidió para mirar la tele. Como sus padres no la dejan, le propuse cambiar la tele por una película. Aceptó. Le elegí un dvd con unos cortometrajes de Chaplin recién restaurados.
Apenas puse play la expresión de su rostro me recordó "Por primer vez", un cortometraje que cuenta el encuentro con el cine de unos campesinos que vivían en un pueblito perdido de Cuba.

Desde la cocina sentía las carcajadas de Anna. Le pregunté si quería la leche, galletitas, chocolate, agua. No respondía. Solo hablaba para pedirme que le pusiera un corto otra vez. Cuando la vinieron a buscar no conseguían despegarla de la pantalla.

Volvió más veces. Luego de ver todas las películas mudas de Chaplin que tengo, más algunas que le conseguí prestadas, hemos pasado a Tati. Idénticos resultados.

Para el fin de semana le tengo una sorpresa: los hermanos Marx.

sábado, setiembre 17, 2005

Spaghetti blogs

Acá estoy, intentando ser una bloguera seria. La pantalla delante y libros por doquier.
De paso por Bolonia fui a la biblioteca a documentarme sobre blogs. (Ahora que lo pienso, esto de ir en busca de fuentes impresas no es prueba de compenetración con el argumento, sino todo lo contrario).
Revisé la revista Reseaux y algunos volúmenes nuevos sobre teoría de la comunicación, pero lo más interesante lo encontré en los libros escritos por blogueros y/o periodistas italianos. Ellos son Giuseppe Granieri, Antonio Sofi, Antonio Zoppetti, Carlo Baldi y Roberto Zarriello.

Gracias a sus consejos me doy cuenta que empecé a los tropezones.
Dicen: "lo mejor es elegir un Url corto, fácil de recordar". Lean el mío. Dicen: "hay que pensar bien el Url que se elije porque será nuestra identidad de por vida". Mierda. ¿Mierda?

Menos depresión me causó enterarme de los casos italianos de blogstar y cultblog.

Uno de los primeros y más exitosos blogs italianos lo escribe una ama de casa frustrada. Con ironía cuenta su vida y da consejos caseros. En el 2003 se organiza un congreso de blogueros en la Universidad de Tuscia en Viterbo. Los oradores habían revelado su verdadero nombre, menos la ama de casa. Pues bien, cuando llega la "massaia" (que quiere decir ama de casa) se descubre que era un estudiante de la universidad de Torino. Lo que más lástima me dió es que cerró el blog. ¿Y si todos sabían que era un personaje pero les gustaba igual?

Luca Sofri es uno de los blogueros más respetados. Es el hijo de un tipo encantador y de gran inteligencia y cultura que está preso hace años acusado de relaciones con el terrorismo de izquierda, pero que todos dicen sean inocente. A veces también escribe su padre. Pensar que gracias al blog su encierro se abre.

Cribbio Silvio parece el blog del querido Silvito Berlusconi, pero en realidad...

Y miren el caso de Ilenia, la pobre chica que se ve obligada a compartir el apartamento con la desalmada Mery Terry, que además cocina con productos genéticamente modificados que trata de hacer comer a todos y es pesada. Para desahogarse abre el blog. Pero a Ilenia se le gira la tortilla, la protagonista de su blog es Mary Terry, con club de fans y todo.

A los blogs personales y al cuete, los tanos los llaman "fuffa". Estos blogueros se inspiraron a la organización "orgullo gay " y fundaron "orgullo fuffa".

Me extrañó mi despiste. Escucho y leo con atención a Luca Sofri, seguí atentamente el caso de Enzo Baldoni, un periodista italiano asesinado en Irak, al parecer los mass media recibían información por blog, y no recuerdo haber escuchado la palabra "blog". Capaz entendía "web" o me dejaba llevar por el contexto. No sé, pienso si se despertarán en mí otras pasiones, si desde hace años existe un deporte que no cansa y adelgaza, y yo tan pancha y barrigona sin enterarme.

lunes, setiembre 12, 2005

Ataco de lectores
















Cuando salí del edificio de migraciones ya era mediodía. La luz del sol me encandiló. Me quedé quieta en la gran plaza de adoquines esperando recuperar la vista. Entre nubes de luz quemada empezó a aparecer gente. Mucha gente, demasiada gente para un día de semana en Mantova. Era extraño además lo que estaban haciendo. Leían. Sentados en el suelo, en los bancos, en las mesas de los bares, de pie, leían. Los que no leían tenían libros en las manos y caminaban.
Decidí mezclarme. Haciéndome la distraída me pegaba para escuchar. Algunos hablaban en italiano, otros en inglés, en alemán, en francés. Entre sus frases, creía descubrir el nombre de un escritor, el título de un libro. ¿Hablaban de libros? Encontré un rinconcito y me paré. Estaba dentro de una escena del "Fahrenheit 451" de Truffaut o de verdad Mantova era en pleno ataque de un ejército de lectores. Salí de la plaza. La vidriera de la panadería tenía libros entre las fuentes de tortas. Los pitucos maniquíes de la boutique de al lado sostenían libros. Los lentes de la óptica estaban acomodados sobre pilas de libros. Me inquietaba la gente, que seguía leyendo. ¿Pero qué era lo que leían? De repente ví un señor en la calle rodeado de personas suplicantes, querían un autógrafo, el señor firmaba y sonreía sin dejar de caminar. Más allá había una carpa, una placita con sillas y alguien que leía en voz alta, en otra esquina un grupo de gente escuchaba embobada un orador. Caramba, además había escritores.
Ví un cartel azul: "Festival di letteratura di Mantova".
Uff, no estaba loca.

Pasaron varios años desde éste descubrimiento. Ahora el festival está en su novena edición. 300 actividades en 5 días. La ciudad se abre para que escritores y lectores se encuentren. Los monasterios ventilan su olor a encierro, los museos se ofrecen gentiles a perder su mutismo, los edificios históricos dejan ver sus frescos, los teatros y los cines reciben gozosos la luz del día. Se montan carpas a orillas de los lagos, se llevan sillas a las plazas, se juntan las mesas de los bares.

En ese patio embrujado de los lectores, que es el festival de literatura de Mantova, pasé los últimos días.
Si bien me dejé hipnotizar por la voz de Moni Ovadia, pasé una tarde en el Teatro Bibiena mirando los decorados al ritmo del jazz y comí unas masitas de manteca con peras y chocolate de chuparse los dedos, no me sucedió nada literario. Sobraban escritores de best-sellers y de género. Ningún autor despertó mis ganas de leerlo. Los que ya conocía no dijeron nada sorprendente. Los documentales sobre escritores que ví no me gustaron ni un poquito. No pedí ningún autógrafo. No me enamoré de nadie.

Y volví encantada, como siempre. Me dí cuenta que lo que más me gusta del festival es el junterío de lectores y escritores esparcidos por una ciudad infestada de viejas con tapados de visón.

jueves, setiembre 08, 2005

Entrevista a Nick Hornby

Se inaguró el festival de literatura de Mantova, uno de los más lindo del mundo. Pueden consultar el programa www.festivaletteratura.it
Entre los cientos de escritores que vienen este año ya está aquí Nick Hornby. Como a muchos les gusta, aunque yo no entienda bien por qué, les transcribo la entrevista que recién (7/9, hora 15:30) le hizo Marino Sinibaldi, un periodista y crítico literario italiano grande entre los grandes.
(La entrevista sale en directa en Fahrenheit, el programa de Radio 3, y hago la traducción apurada, disculpen los errores).

Marino Sinibaldi - Mantova es siempre una oportunidad para que los lectores conozcan a sus autores preferidos y también para que los escritores puedan ver en la cara sus lectores, medirse, confrontarse con ellos. Estar en Mantova el primer día del festival es un desafío, sin dudas es más difícil porque hay menos gente y sobre todo con esta lluvia que amenaza los encuentros al aire libre. Pero queremos decirle a Nick Hornby "no nos tiremos abajo".

Nick Hornby - Bueno, justamente "No nos tiremos abajo" es el título de mi último libro.

M. S. - (Risas) Sí, sí. Nick Hornby es autor de "No nos tiremos abajo", "Alta fidelidad" y otros libros que afrontan las pasiones, los tics de una generación entera: el fútbol, el trabajo voluntario, la música, el suicidio. Sus lectores pertenecen a una generación determinada, puntual. ¿Reconoce esta realidad?

N. H. - Yo no era consciente de escribir para un público determinado. Estas son mis pasiones, simplemente traté de escribir sobre ellas.

M. S. - Usted logra hacer alta literatura con materias que en general quedan afuera de la literatura, no están "autorizadas" a formar parte de ella.

N. H. - No creo que un escritor tenga que tener un tema sobre la cual escribir. Un escritor tiene que poder escribir sobre cualquier cosa, siempre que quiera escribir. Es más, uno de los problemas del escritor es afrontar que no sólo determinados argumentos pueden ser tratados.

M. S. - En la literatura italiana efectivamente muchos de los aspectos que usted trata no están admitidos. Y usted logra afrontarlos con un estilo inédito. La primera escena de su último libro "No nos tiremos abajo" está constituída por cuatro personas que se encuentran el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y con las mismas intenciones. Es una imagen muy fuerte, sugestiva. ¿De dónde nace? ¿Cómo fue concebida?

N. H. - La idea me vino cuando leí que ciertas noches la tasa de suicidios aumenta y que estos suicidas tienen ciertos lugares favoritos. Hay una especie de popularidad en el suicidio. Imaginé esto. Imaginé lo que podía suceder si estos suicidas hablando intentaban disuaderse unos a otros de cometer el acto fatal. La cosa más importante de una idea narrativa es lo que te permite hacer, no la idea en sí, sino lo que con ella puedes desarrollar. En mi caso me permitía hacer uso de algo que me gusta mucho y es el humor negro y la ironía.

M. S. - En sus libros los personajes dan una gran importancia a la sociablilidad. Hasta en el suicidio el tema de la sociabilidad es determinante. Este es uno de los carácteres de una determinada generación. Otra cosa que me sorprende es que usted logre siempre escapar a la tragedia, aún cuando en su libro la imagen inicial sea metafóricamente trágica, al final aparece su tendencia a huir de la tragedia.

N. H. - Me parece que son muchas las personas que quieren hacer y escribir sobre la tragedia.

M. S. - (Sonríe) Sí, sí, desde hace miles de años se hace tragedia.

N. H. - No quiero contribuír a esta tragedia. Pienso que si un escritor o un músico son capaces de consolar, bueno, están haciendo una gran cosa, no hay nada más valioso de ésto. La vida es ya trágica de por sí, los escritores no tendrían que contribuir a esta tragedia.

M. S. - Bueno, los escritores atraviesan la contemporaneidad. Esta noche encontrará a sus lectores, no sé si lo sabía pero el horario coincide con el partido de fútbol de Italia.

N. H. - No, no lo sabía, también juega Inglaterra.

M. S. - Otro desafío más para usted. Y para premiarlo por su coraje le regalo este libro con las verdaderas reglas del fútbol, donde dice por ejemplo que no se puede salivar en la cancha, cosa que Italia creo no sabía (M. S. se refiere a una escupitajo que se mandó Toti hace unos meses).

Ahí se ponen a hablar un poco de fútbol y la entrevista termina.

miércoles, setiembre 07, 2005

Perdonen las molestias

Tengo pocas visitas y todavía las hago pasear de acá para allá. Ahora me quedo acá, no me muevo. El sitio de los italianos es un desastre, tendría que haberlo sospechado. ¿Cómo se me ocurrió? Ahora tá, acá me quedo.

El festival de cine de Venecia

ACTUALIZACIÓN: Este post fue escrito impulsivamente. Lo dejo, pero aclaro que en Venecia había más películas latinoamericanas, que la crítica a la peli de Solanas fue buena y hasta ganó un premio y que yo no ví nada. Admito además que estaba envidiosa, envidia de todas las personas que vieron la última película de Tim Burton.

Entre las decenas de películas que en estos días se están pasando en Venecia, hay sólo un par que tienen algo que ver con América Latina. Una concursa, es "The Constant Gardener" de Fernando Meirelles, pero la producción es inglesa y alemana, basada en el bestseller de Le Carré. Meirelles ya nos había deleitado con su versión estilo Matrix de las favelas en "Cidade de Deus". La otra película está un poco escondida en la sección "Orizzonti" y es "La dignidad de los nadies" de Fernando E. Solanas.

Está bien, puede ser que no hubiera nada decente en todo el continente. Lo que me da rabia es la predilección por el exotismo, por los viejos exiliados, por el Che Guevara y la revolución. Me molesta que no se elija el cine. ¿Por qué siempre traen las mismas películas, los mismos directores?

Lo peor de todo es que la respuesta la sé y es tristísima. En el Festival di Venezia hay una persona encargada de seleccionar todas las películas de América Latina y no es un italiano. La responsabilidad es de un ser de cuyo nombre no quiero acordarme, un puro sangre latino, nostálgico, ex exiliado, con muchos amigotes, condiciones que podríamos aceptar sin chistar si algo supiera de cine.

Este año yo me esperaba un cambio en la organización. Ya que el año pasado Brasil protestó porque no había ninguna producción brasilera en el festival, y los brasileron se enojaron todavía más cuando les contestaron de Venecia que el motivo era que sus películas no eran buenas. A mí la duda sobre la calidad del cine brasilero me quedó, porque más de uno sabíamos que este señor encargado de la primera selección de toooodo el continente no entiende un pito de portugués, ni de ningún idioma de los que se usan para subtitular las películas. Pero total, qué importa. ¿En América Latina no hablan todos español y son de izquierda?

Así están las cosas.
Viva el Che.

Lecturas de moda: "A Long Way Down", Nick Hornby (2005).

¿Qué creían? ¿Qué miraba solo películas mudas y leía escritores muertos? De vez en cuando trato de estar a la moda.

Para mí el plot de "A Long Way Down" fue un imán: el 31 de diciembre, una adolescente punk, un músico rock, una ama de casa y un presentador de talk show se encuentran en un edificio londinense denominado "la casa del suicidio". Fecha y lugar preferidos por los que se quieren matar. Estos personajes tan distintos, al menos en apariencia, hacen un pacto: darse algunos días, hasta San Valentín, fecha número dos en la top ten de los suicidios.
Para narrar Hornby usa las voces de los cuatro protagonistas, pero no por partes como en Faulkner, prefiere dejarlos hablar un poco a cada uno, como en un tablero de ajedrez. Algunos episiodios se funden con otros y podemos verlos desde distintos puntos de vista, otros sólo son narrados desde una perspectiva y así el libro avanza.

Comencé a leerlo y me gustó, el humor inglés me hace reír. Después de la mitad comencé a encontrarlo estúpido, poco auténtico, superficial y cuando terminé me dí cuenta que el tema del libro no tenía nada que ver con el suicidio. ¿O sí? Maureen, JJ, Martin y Jess, así se llaman los cuatro miembros de la "gang" de autoayuda improvisada, son "suicidas con solución fast food". Tienen problemas concretos y, casi todos, recientes, por lo tanto la solución también es concreta. Si hay historias de tragedias familiares non son enmarañadas. Aquí hay actos con sus consecuencias, como en la Biblia.

Varias veces en el texto aparecen los nombres de escritores suicidas, recuerdo Sylvia Plath, Virginia Woolf, Primo Levi, Ernest Hemingway, podríamos agregar Cesare Pavese. Nada hay de todos ellos en el texto de Hornby. Y no tendría por qué haberlo si Hornby, y lo espero por él, nada tuviera en común con ellos. Pero no puedo evitar recordar personajes literarios con ganas de suicidarse, a veces lográndolo: el romántico Werther de Goethe, el adorable joven Holden de Salinger, los heroicos suicidas de Dostoevskij. O novelas dónde el suicidio es un misterio que queda velado, el autor lo trata con respeto y veneración, sin usar la primera persona, pienso a "El jardín de las virgenes suicidas" de Eugenides

En la contratapa de la edición Guanda que leí, los críticos hablaban de Nick Hornby como el mejor de su generación, y de los personajes como muy parecidos a cada uno de nosotros.
Me acordé de la teoría de Hans Robert Jauss, la del "horizonte de espectativa". Según Jauss, la espera o espectativa es el espacio de los libros ya leídos y del momento histórico en el cual la nueva obra cae. El libro puede acomodarse a este horizonte: era lo que se esperaba, lo que todos entienden, lo que se compra y se lee. Pero hay otros libros que tienen el poder de modificar el horizonte, en el momento nadie los aprecia, pero con el tiempo superan el horizonte, el libro transforma la estética y a partir de su contribución funda un nuevo horizonte. Estos últimos libros son las obras de arte, los clásicos. Jauss, en "Por qué la historia de la literatura" (1967) ejemplifica con "Fanny" (Feydeau) para el primer caso y con "Madame Bovary" (Flaubert) para el segundo.

Como Hornby está de moda me quedé pensando que cosa puede tener que todos estemos necesitando. ¿Amigos en la desgracia? ¿Menos psicólogos parlanchines y menos psiquiatras con sus pastillas? En "A Long Way Down" hay gente desesperada pero ni un psi, y las pastillas predominantes son las mentitas. ¿Desdramatizar? ¿Decir más malas palabras? ¿Respetar las diferencias generaciones y sociales?

Basta. El libro no da para más. Cuando iba por la página veinte reservé en la biblioteca del mismo autor "Alta fidelidad", pero no sé si lo leeré, creo que prefiero el último de Harry Potter. ¿Ustedes leyeron a Nick Hornby?

Guano ofrece un servicio: si no resisten la tentación de la moda, lean "A Long Way Down" hasta donde les divierta. Y depués dejenlo sin culpas, me mandan un mail y yo les cuento si alguno se mata o no.

Guano

El guano es un excremento. De todos los excrementos es el más precioso. Su uso como fertilizante lo descubrieron los indios peruanos. Su valor es tal que para explotarlo se combatieron guerras y colonizaron territorios.
El guano se encuentra donde hay muchos pájaros, y hay muchos pájaros cuando la naturaleza está incontaminada. Así que las guerras no las pueden hacer donde hay guano, porque se atentaría contra la fuente de la riqueza. Navegando por las islas productoras de guano se siente de estar en un lugar muy frágil, se ven tantas especies de pájaros y tantos y al vez es palese la sensación de estar paseando por montañas de mierda. No una mierda cualquiera, mierda que de algún modo será útil.

La blogosfera me parece algo así. Y yo me siento como un Ceryle, que es el nombre en latín de una especie de Martín Pescador. Volando por aquí, haciendo lo que tengo que hacer en compañía de otros seres.
Bueno, y ya basta de metáforas románticas démodé con patéticos toques dadaístas.
The WeatherPixie