martes, octubre 04, 2005

I Love America


Dios salve la América y nos proteja de la televisión italiana. Hollywood está en crisis y yo sonrío. Pero las series, que sean bendecidas. Mi preferida es "The Shield", pero hay otras. El canalla de Berlusconi (porque la culpa de todo es siempre suya) ha sustituido C.S.I. NY con la versión ambientada en Miami, es insoportable. Mientras espero que vuelva la serie de NY y el capítulo doble que dirigió Tarantino, me entretengo con "Desperate Housewives".
En "Desperate Housewives" estamos recién en los primeros capítulos del primer año. Al principio me pareció una especie de "Dallas", pero luego me recordó "El crepúsculo de los dioses" ("Sunset Boulevard"), la maravillosa película del 1950 de Billy Wilder, contada desde el punto de vista de un muerto y que era una gran denuncia de la hipocresía en general, y de la de Hollywood en particular. Estas amas de casa de la tele también tienen su muerto que habla, también esconden secretos detrás de los blancos muros con jardines de plástico. Sus secretos son los de la burguesía americana. Habrá que seguir mirándola, a primera vista me parece que recupera la elegancia del cine clásico y abandona las ediciones estilo mtv que vician el resto de las series. Cine clásico pero con un toque feminista, lo cual es en sí mismo una contradicción muy atractiva.

Como decía, mi preferida es "The Shield". En el capítulo de presentación, vemos un grupo de policías que entran en una casa. Hay una mujer muerta tirada en el suelo. El policía blanco, joven y prolijo hace comentarios vulgares sobre las tetas de la mujer. Una mujer violada y acuchillada. Es un asco y es sólo el inicio. Mi héroe no es él, es un gordo musculoso y pelado, Vic Mackey (Michael Chiklis). Su personaje podemos leerlo como la perfecta representación de la política de Bush: es violento, tortura, asesina y usa métodos sucios, pero sólo con los "malos", con los que se lo merecen. Si roba es para salvar a su familia, si mata lo hace para salvar a los "buenos" o a él mismo, que después de todo es el héroe. "The Shield" es, sin dudas, políticamente incorrecto. Racismo, machismo, violenza. Es fácil que luego de uno o dos capítulos, aunque sea por un breve instante, odiemos a los mexicanos porque se metieron en "nuestra" América, a los negros, siempre con sus reclamos victimistas, a las mujeres divorciadas que molestan a sus maridos con exigencias histéricas. En el último capítulo que ví, vamos por la serie n. 4, tenemos a Glenn Close de jefa de la comisaría; un amigo de Vic pedófilo que se salva de ir a la cárcel (no hay como estar bajo la protección de Vic); una prostituta negra con SIDA violada, pero acusada de asesinato porque no le avisó a su violador de usar el preservativo; un policía latino que se masturba con la filmación de la violación.
La música de la serie es excelente y me gusta que tenga siempre un rol de protagonista o acorde con la temática.
En el íncipit de cada capítulo hay una breve edición, del tipo "lo que pasó antes", pero no es, como en general, la edición del capítulo anterior. El íncipit de "The Shield" mezcla varios capítulos que tienen que ver con lo que se tratará en el nuevo, nos propone, desde el pasado, una asociación de imágenes. El encadenamiento no es lineal, lo cual le da un toque realista que me gusta. Los personajes desaparecen por un tiempo y luego vuelven, lo mismo con las obsesiones, los amores, los delincuentes. Así, como en la vida.

Si creyera que los espectadores son máquinas tontas que absorben como esponjas lo que ven en la tele estaría entre los numerosos opositores de la serie. Si sospechara que uno minutos semanales de tele podrían hacer añicos mis principios antimperialistas, feministas con moderación, igualitarios sin restricción, antiracistas, antiglobales, etc., etc., capaz la apagaría. Sin embargo pienso que "The Shield" podemos leerla de muchos modos, y yo elijo verla como un retrato sincero y despiadado de la parte más inmunda de la sociedad americana que a través de la televisión por un proceso extraño, se convierte en arte.
The WeatherPixie