martes, octubre 11, 2005

La destrucción norteamericana de un “proyecto de cinéfila”. (I hate America).

Una tía se entrometió entre mi cinéfila preferida y yo. (Por los antecedentes bajar hasta el post "Cinéphile") . La niña se me apareció en el zaguán con una pila de películas apretadas contra la barriga, regalito de la tía.
Anna, que en realidad no se llama Anna, así que vamos a adoptar la nueva nomenclatura de guano y rebautizarla: 'Via. Via también traía a su hermano 'Vio, un personaje de cuya amistad me siento orgullosa.
Atrapé la situación al vuelo y me adelanté con una serie de excusas para evitar una tarde de cine hollywoodiano.
'Via muy pancha me dejó hablando sola y se fue a pactar con otro personaje, uno de esos que caen facilmente ante los pestañeos de un rubia.
Play.
Programa de la primera franja horaria: "Troy"
(No nombremos a su director, por las dudas que sea como "Tu Sabes Quién" de Harry Potter. La peli es esa con Brad Pitt medio desnudo haciéndose pasar por Aquiles).
'Via y 'Vio ya la habían visto un montón de veces, nosotros no.
A medida que la guerra de Troya avanzaba nos íbamos transfiirendo al sillón grande. Nos hacíamos pelotita entre el gato, las mantitas y el pegote de una barra de chocolate.

Recordarán la guerra de Troya, es la que cuenta Homero en la "Ilíada", la que dura 10 años, la guerra en la que mueren Aquiles y Héctor, la del caballo relleno de soldados para entrar en la ciudad. ¿Se acuerdan? Yo me acordaba más o menos. Por suerte 'Vio recién la había estudiado en el liceo y nos refrescaba la memoria.

Me entró a venir desesperación por 'Via, por su bello e inocentre cerebro cinéfilo que tan bien estábamos llevando. "Troy" es una película terrible.
De pronto escuché mi voz (y ya esto es extraño, en el cine hay que callarse), estaba diciendo:
"Bueno, pero no era así, en realidad aquí faltan los dioses"
"Acá tendría que venir Afrodita".
"¿Dónde está Zeus?"
"Helena en realidad estaba enamorada de Menelao"
"Paris no es cobarde"
"¿Un griego ateo?"
'Via notaba mi nerviosismo de exaltada, creo que lo interpretó como una preocupación por el destino trágico de griegos y troyanos. Entonces, para tranquilizarme, me adelantaba cada maniobra con la espada, me revelaba quién iba a morir y quién a salvarse, dónde venía el beso, si era el momento de taparse los ojos para evitar el susto. Le dije que no se preocupara, pues por mi personaje preferido, que es y será siempre Ulises, estaba tranquila: tenía toda la "Odisea" por delante.

Juro que jamás digo "el libro era mejor". No lo hago siquiera en casos extremos como éste y no sólo porque sonaría ridículo. Soy por la libre interpretación, por la irreverencia, por el derecho de cada lenguaje a utilizar sus códigos. Soy medularmente antropófaga, como decía el grande Oswald de Andrade, en su manifiesto, cuando reclamaba la libertad de las culturas de devorarse entre sí. Cotidianamente enfrento el mito de Grecia como cuna de la Cultura y discuto y pataleo. Hasta soy bastante postmoderna, defiendo el pastiche y el arte pop.

Pero una Guerra de Troya sin dioses no la puedo soportar. Es demasiado irreal.

(El cuadro es "Caballo de Troya" de Tiepolo)
The WeatherPixie